lunes, 26 de noviembre de 2018

APUcarrera Cerro Marmota y una fecha muy especial.

Queridísimos APUamigos, APUrequetebuenísimas noches a todos.

"Destrosaico", molido, roto, con sueño, rodilla hinchada, casi sin pelo (esto no es culpa de la carrera), de todo, pero más feliz que una perdiz. Y no es solo por el Cádiz, cuya racha de victorias está alcanzando límites nunca antes vistos, sino que tiene mucho que ver lo que hemos vivido este fin de semana en Colmenar Viejo. Hemos trabajado duro, mucha gente ha trabajado de lo lindo, pero creo que ha salido todo muy bien.

Sé que cada año escribo maravillas sobre la carrera de la APU y sobre como ha salido, pero la verdad, es que realmente es un evento tan impresionante, con un ambiente tan increíble, con unos participantes tan alegres y con tantas ganas de pasar un buen rato, que es imposible que alguien salga con mal sabor de boca. Y encima este año, creo sinceramente, que ha sido de los mejores.

Los datos gordos. Casi 3.000 APUntados, un tiempo estupendo para correr y marchar, y más estupendo para comer. La recaudación os la enviaré como siempre, cuando tenga todos los datos, pero han sido unos 38.000 euros que ya sabéis para que los vamos a utilizar. 

¿Fallos? Seguro que miles, tanto los que vemos los organizadores, como los que ven los participantes. Lo malo es que los que vemos nosotros nos los decimos a nosotros mismos, pero los que ven los participantes no nos los dicen por esa inmensa amabilidad y cariño con que siempre nos tratan. Por supuesto, siempre hay excepciones. Este año, no se porque motivo, los participantes han crecido mucho físicamente (no podéis comer tanto), y donde antes sobraban decenas de camisetas de la talla XL, esta año han sobrado decenas de la talla S. La camiseta, que no hay que olvidar que es un regalo, que no hay que olvidar que en esta carrera es de las pocas (si no la única) que permite elegir talla, que no hay que olvidar que no hay ninguna obligación de darla, ha sido el tema de protesta de un par de participantes que no han encontrado su talla y que se han ido enfadados. La verdad es que muchas veces uno se queda fastidiado, porque basta que fallemos con uno solo de los participantes para sentir que hemos fallado con todos, y nada más lejos de nuestra intención, pero las cosas no siempre salen como uno quiere. Dicho esto, enfadarse porque no se lleve la camiseta de su talla, llevándose un montón de regalos, recibiendo un cocido de mastercheff, y siendo la carrera para lo que es, es algo que choca. En cualquier caso, vayan por delante mis disculpas a todos aquellos que se quedaron sin camisetas de sus tallas y por todos los fallos que hayamos tenido, que como digo, seguro que son muchos.

VOLUNTARIOS; hay que escribirlo con mayúsculas. Tela. Este apartado merecería un libro de 195 capítulos, uno por cada uno de los APUvoluntarios de este fin de semana sin los que esta carrera no sería lo que es. Son la cara de la APU, la cara más amable y simpática de la APU, y aunque yo se lo recuerdo todos los años, lo hago por decir algo, porque son amables sin disimular, y son serviciales y trabajadores sin que haya que decirles nada. Además, hay chavales desde 10 años, muchos chavales de 18 a 25 años, muchos chavalines de edad media y muchos chavalotes de espíritu jovencísimo; hay de todo, y eso da gusto verlo.

Solo para que lo sepáis, deciros que el viernes estuvimos rellenando las 3.000 bolsas de regalos de los participantes (con regalos que no cabían en algunas bolsas, sobre todo las de niños), tarea que nos tuvo entretenidos unas cinco horas con unos 50 voluntarios rellenando y organizando el pabellón. El sábado estuvimos colocando balizas por el circuito, la numeración de los kilómetros, dando dorsales a los participantes y preparando las bebidas y frutas para los puestos. Vinieron unos 80 APUvoluntarios. El domingo "sólo" fueron 176 los APUvoluntarios, que estuvieron por el campo, en cruces, repartiendo dorsales, en cafetería, en guarda ropa, repartiendo chips, preparando los premios, haciendo fotos por el circuito, ayudando a cruzar los arroyos (que este año traían agua), preparando el comedor, montando los puestos de avituallamiento por esos caminos perdidos, repartiendo la comida (comieron unos 1500 comensales). Además, después de la comida hubo muchísimos APUvoluntarios espontáneos que nos echaron una mano para recoger el comedor, lo que hizo que fuera la recogida más rápida de todas las ediciones de la carrera. Por si fuera poco, contamos con la ayuda inestimable de miembros del Club ciclista de Colmenar Viejo, que van por delante y por detrás de los participantes y son quienes informan en todo momento de por donde va el último, el primero, etc. Como veis, hay trabajo para los voluntarios.

Patrocinadores. ¿Qué os puedo contar? Generosos todos, y gracias a ellos podemos conseguir fondos para seguir investigando más y más el cáncer infantil. Esta carrera no es nada cara, lo más que se paga son 20 euros y el que menos 5 euros, pero gracias a estos patrocinadores, cada participante, pague lo que pague se lleva una camiseta estupenda, un montón de regalos, la posibilidad de comer tras la carrera (cocido, bebida, pan para mojar y postre), y participa en un sorteo de estupendos regalos; y encima colabora contra el cáncer infantil. Mil gracias a todos.

Un momento muy especial fue cuando hicimos unos regalos a niños que han luchado contra esta enfermedad. Este año han venido 9 a la carrera (faltaron 3 por el tiempo que se preveía) y recibieron en el podio una buena cantidad de regalos además del calor y aplauso del público. Aurora, una madre que perdió a su hijo un 25 de noviembre de hace siete años (increíble la casualidad) regaló 14 lotes de turrón, polvorones, sidra y panetones; mucho mérito el de esta mujer al que mando un besazo. Además estos niños recibieron un lote de embutidos donado por MARBRIS, un kilo de manolitos donado por Pastelería Manolo, un set de ambientadores de ANIMIKADOS y tres entradas para Parques reunidos. Os digo todo lo que recibieron, porque aunque parezca mucho, no es nada que pueda nunca compensar lo que han pasado, ellos y sus padres y familiares, a los que cualquier regalo les puede gustar, sí, pero preferirían no haber tenido que recibirlos nunca por el motivo que lo hacen. Desde aquí, tanto a los que estuvieron en la carrera como a todos los que no pudisteis ir, un abrazo fuerte de toda la APU. Y a la familia, nuestro respeto, admiración y alegría por ver como van todos de bien.

Otro sitio bueno y especial es el puesto de avituallamiento de niños, ab-so-lu-ta-men-te-pro-hi-bi-do-a-pa-dres, que hace sentir a los niños que son especiales (que lo son hasta que se convierten en algo como yo) y que disfrutan de lo lindo. Magdalenas, galletas, chocolate, chuches de Miguelañez, refrescos, agua, plátanos, naranjas; vamos, solo falta un horno y ponerles pizzas o hamburguesas. Algunos padres les mandan cogerles cosas, ya que no pueden pasar por allí. Y tenéis que verlo, llenos de niños disfrutando de su momento, cogiendo lo que les da la gana y pasando un buen rato. Así cogen fuerzas para esa subida de cinco kilómetros que les queda, que no es fácil. Es un puesto que a mi particularmente me encanta, pues si bien nuestra razón de ser directa son los niños con cáncer, la razón de ser derivada son todos los niños, toditos todos.  

COMIDA. Pues allí comieron 1500 personas que pudieron repetir las veces que quisieran ese cocido que se merece 8 estrellas Michelín. El equipo de cocineros se llevó el aplauso de todos los que allí estaban disfrutando de una comida muy agradable, con sol y casi moscas. La verdad es que tuvimos mucha suerte con el tiempo, porque nos hicieron caso exactamente de las horas que reservamos de sol, y eso es lo que se llama un buen servicio al cliente. De nuevo, mil quinientas gracias a los mil quinientos que ayudaron a recoger todo muy deprisa.

Aurora y patrocinadores; que sepáis que lo que sobró lo sorteamos y repartimos entre los últimos voluntarios que quedaron en las instalaciones recogiendo.   

Por último. No he querido nombrar a nadie para no herir sensibilidades, pero voy a hacer una excepción. Iñaki, nuestro APUvicepresidente, que no pudo venir este años por estar en cama con una buena fiebre, y que participó en la organización de la carrera los últimos meses. Está claro que somos un equipo, y que si falta uno de nosotros, sale adelante, pero lo echamos muchísimo de menos. Yo, perro viejo, me huelo que este faltó para demostrar que no es imprescindible y que el año que viene no aparece tampoco; bueno, pues que sepa ya que lo es, y el sabe y todos sabemos que lo necesitamos en la carrera.  

Me despido. Pongo en el título del mensaje "fecha especial", y es que mañana 27 es el octavo aniversario del fallecimiento de Pablo Ugarte, el chaval que da nombre a nuestra asociación, un día muy especial para mi familia. Me gusta recordarlo a todos porque por "culpa" de Pablo nació la APU, y aunque nunca en la vida habría querido fundar una asociación por la causa que lo hice, al menos intentamos que sirva para algo y que algún día podamos decir que mereció la pena. Mañana harán ocho años exactos desde que me comprometí por entero en esta lucha, ya que la impotencia de no poder hacer nada me dejó literalmente marcado y decidido a intentar hacer algo. Estoy seguro de que sí, de que pronto podremos empezar a dejar a algunos oncólogos en paro.

En fin, que ha sido un día APUjonante  que casi coincide con un día APUimportante. 

Millones de gracias a todos los que hacéis que la APU no sea una asociación, sino que sea algo muy especial.

Un fuerte abrazo a todos.

Mariano

Pd. Anda, y casi me olvido, hubo dos carreras y dos marchas. Espectaculares las dos y los casi 3.000 participantes que encima, disfrutaron de un día estupendo. Por si no lo sabíais, llovió de lo lindo cuando ya habíamos recogido todo. Impresionante.

Pd. Lo mejor de todo, sin lugar a dudas; los agradecimientos de todos. Sois la repera.

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